A menudo se pasa Valencia por alto y los viajeros se decantan más por las grandes ciudades de Madrid o Barcelona, algo que puede suponer una ventaja. Durante las dos últimas décadas, está encantadora ciudad de la costa del sudeste español se ha convertido en un punto de encuentro sofisticado, sin perder nunca su esencia local. Este es el motivo de que sea un destino idóneo para una escapada.
Las calles empedradas del casco antiguo, una urbe amurallada en época romana, te transportan de inmediato al pasado. Aquí encontrarás uno de los mejores museos de arte del país. Como contraste futurista, Valencia tiene el vasto complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que alberga el acuario más grande de Europa, un museo de ciencias y un teatro. Las callejuelas pintorescas del antiguo barrio de los pescadores se extienden hasta la playa de arena dorada. Valencia disfruta del sol la mayor parte del año, con poca temporada de lluvia y unos inviernos suaves, convirtiéndolo en un destino perfecto para cualquier temporada.

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Dónde comer
Probar una exquisita paella valenciana es una de las experiencias obligatorias. Esta receta es la quintaesencia de la gastronomía española, que nació en los campos de arroz que rodean la ciudad. No habrá menú ni restaurante en el que no la encuentres, aunque los lugareños tienen sus propias normas sobre cómo tiene que ser una paella auténtica, que no puede mezclar pollo y marisco.
Elige una paella hecha con conejo, pollo y judías (además de caracoles, si quieres); o bien una de marisco, que normalmente lleva gambas, mejillones, calamares y almejas. La tradición dicta que este plato hay que comérselo frente al mar, mejor a la hora del almuerzo. Te recomendamos que acudas a alguno de los restaurantes que hay en la playa de la Malvarrosa. La Pepica, por ejemplo, era uno de los establecimientos favoritos de Ernest Hemingway (la leyenda dice que él mismo solía mezclar su sangría en la cocina), y la primera paella vegetariana se sirvió aquí para la reina Sofía.
Otra de las especialidades de Valencia es la horchata, una bebida dulce y refrescante hecha a base de chufas, que se acompaña normalmente de fartons (unos dulces en forma de dedo espolvoreados con azúcar). Tómate una en la Horchatería Santa Catalina, un local lleno de tradición cerca del Mercado Central. Si no te gusta, también puedes probar el chocolate con churros.
Hablando del Mercado Central, en su sitio que merece una visita. Se sitúa en un bello edificio modernista decorado con vidrieras, azulejos y columnas de hierro, donde los valencianos hacen su compra diaria. En el interior hay un único espacio para comer, será una suerte si consigues un taburete para probar su carta. Se trata del Central Bar, propiedad del chef Ricard Camarena (uno de sus cuatro restaurantes tiene dos estrellas Michelin), que sirve tapas y sándwiches gourmet hechos con los ingredientes más frescos del mercado.
Las tapas también tienen una presencia importante en la ciudad. Las calles estrechas de El Cabanyal, el antiguo barrio de pescadores junto al puerto, está salpicado de casas con coloridos azulejos estilo art nouveau y bares de tapas clásicos. Casa Montaña es uno de los más veteranos de Valencia y sin duda una de las mejores alternativas. Después puedes dirigirte a la playa para dar un paseo o descansar un rato.
El Barrio bohemio de Russafa es el lugar más recomendable para encontrar comida vegetariana o vegana. El menú del día en el sofisticado Restaurante Copenhague tiene unos precios increíbles, incluyendo postre o café y pan artesano.
Las sabrosas tapas del Central Bar son siempre un acierto.
Foto: Central BarUno de las tapas imprescindibles en el Central Bar son las patatas bravas.
Foto: Central Bar
Qué hacer
El casco antiguo de Valencia hay que recorrerlo a pie. Se dice que la Catedral fue el último lugar de descanso del Santo Grial y su arquitectura presenta una mezcla de estilos única entre gótico, renacentista y barroco. Merece la pena subir los 207 escalones de la Torre de Miguelete, que fue un minarete durante la época musulmana, desde la cual obtendrás una panorámica de toda la ciudad.
El Palacio del Marqués de Dos Aguas es uno de los ejemplos más llamativos en cuanto a arquitectura barroca. Te llamarán la atención las tallas de alabastro que flanquean la entrada principal, pero también el interior del edificio con sus soberbios techos pintados, sus lámparas de araña y su mobiliario. Hay una colección de carruajes antiguos en la planta baja. En el piso superior se localiza el Museo de la Cerámica, con una colección de platos de porcelana y azulejos de todo el mundo. Incluso podrás admirar un par de piezas firmadas por Picasso.
En el Museo de Bellas Artes contemplarás obras de Goya, El Greco o Velázquez. Por otra parte, el Instituto Valenciano de Arte Moderno es un importante referente tanto en España como en Europa. Se halla en un convento del siglo XIII junto a los Jardines de Turia, un parque urbano que se desarrolla a lo largo del río que una vez cruzó la ciudad, desviado desde 1957.
En el extremo occidental de estos jardines está el Bioparc de Valencia, un zoológico de nueva generación que sumerge a los visitantes en el hábitat natural de los animales, en vez de estar expuestos en jaulas y recintos cerrados. Al este encontrarás la Ciudad de las Artes y las Ciencias, todo un emblema para los valencianos; no te pierdas el Oceanogràfic, el mayor acuario de Europa.
¿Quieres tiempo para relajarte? La playa más cercana al centro es Las Arenas, que comienza en el puerto deportivo y se une a la playa de la Malvarrosa al norte. Puedes llegar en transporte público y el paseo marítimo está lleno de bares y restaurantes, así como de clubes nocturnos al aire libre para las largas noches de verano.
Si prefieres una playa con menos bullicio, El Saler está a poco más de 10 kilómetros al sur de la ciudad, en el Parque Natural de la Albufera. Es prácticamente virgen y se halla protegida del viento por las dunas de arena y los pinos. Puedes llegar desde el centro de Valencia en autobús, en
unos 45 minutos.
La playa de la Malvarrosa es el lugar ideal para pasar un día soleado.
Foto: ShutterstockHay muchas playas idílicas cerca de Valencia que merecen una visita.
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La Catedral de Valencia es solo uno de los muchos atractivos arquitectónicos de la ciudad.
Foto: ShutterstockNo dejes de dar un paseo por los Jardines del Turia, uno de los espacios verdes más queridos de la urbe.
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Dónde dormir
Hotel One Shot Colón 46
Es bastante fácil encontrar un alojamiento con un buen precio que a la vez tenga estilo. El moderno Hotel One Shot Colón 46 cuenta con una ubicación fabulosa en una de las principales calles comerciales, la Calle Colón. Si vienes desde el aeropuerto, tienes la estación de metro de Colón a pocos metros. Los pasillos de este establecimiento están decorados con obras de arte de artistas locales. Las habitaciones no son muy amplias, pero están muy bien aprovechadas. Además, las del último piso tienen balcones con vistas a la calle. El desayuno bufé tiene un cargo extra y es muy completo, con fruta fresca, pasteles, queso, jamón o huevos.
El Hotel One Shot Colón 46 se sitúa en el área comercial de Valencia.
Foto: Hotel One Shot Colón 46Concédete un merecido descanso en las elegantes estancias de este hotel, después de un día intenso de turismo.
Foto: Hotel One Shot Colón 46
Hostal Antigua Morellana
Otra de las joyas del casco antiguo es este alojamiento dirigido por cuatro hermanas, situado en una casa del siglo XVIII con un ambiente confortable y hogareño. Las habitaciones presentan muebles de época, sábanas de flores y ventanas que llegan desde el techo hasta el suelo. Aunque no ofrecen desayuno, en las calles de alrededor hay muchos cafés.
Si prefieres un alojamiento más tradicional opta por el Hostal Antigua Morellana, en el casco antiguo.
Foto: Hostal Antigua MorellanaLas habitaciones del Hostal Antigua Morellana están llenas de encanto y una decoración clásica.
Foto: Hostal Antigua Morellana